
Del intento al impacto: el renacer de la movilidad local con Tiky
En el año 2017, nació en Cartago una iniciativa llamada “Llévame CR”, un esfuerzo local impulsado desde el Barrio Asís con la intención de crear una alternativa de transporte ante los constantes enfrentamientos entre los transportistas públicos y los socios conductores de plataformas extranjeras. En aquel entonces, el proyecto fue apodado popularmente como “Uber a lo Cartaguito”, pero, debido a tensiones, amenazas y falta de organización estructural, no logró consolidarse.
Hoy, en el 2025, ese sueño ha evolucionado. Llega Tiky, una propuesta más madura, sólida y respaldada por tecnología nacional y visión costarricense. Tiky no es simplemente otra app de transporte: es un ecosistema de comunicación y movilidad, donde usuarios y conductores interactúan con seguridad, beneficios reales y un modelo de trabajo justo.
Con más ventajas, organización y herramientas como el sistema de cashback y el respaldo legal desde su base operativa, Tiky representa la evolución de una idea que, aunque nació en condiciones adversas, hoy se transforma en una oportunidad real de crecimiento para todos los involucrados.
Seamos libres, no siervos menguados.


La historia de Tiky: De un intento frustrado al nacimiento de un nuevo camino
Corría el año 2017 en Cartago, cuando un hombre visionario decidió enfrentar un problema que venía creciendo silenciosamente en las calles del país. La llegada de plataformas extranjeras había revolucionado el transporte, pero también trajo conflictos: choques entre taxistas tradicionales y nuevos conductores independientes, tensiones en las esquinas, amenazas, desorden… el caos era evidente.
Fue entonces cuando nació “Llévame CR”, una iniciativa de Carlos Aguilar, impulsada desde el corazón del Barrio Asís. Quien la impulsó no tenían millones, pero sí una visión: construir un modelo de comunicación entre usuarios y conductores a la tica, justo, accesible y pensado para las comunidades. El pueblo lo llamó “Uber a lo Cartaguito”, con cariño, pero también con la conciencia de que era David contra Goliat.
Lamentablemente, la idea no prosperó. La falta de estructura, de apoyo institucional y el miedo constante de los conflictos con el sistema formal impidieron que despegara. Quedó como un recuerdo, como un intento noble que se perdió en el tiempo.
Pero los sueños que nacen del pueblo no mueren: se transforman.
Hoy, en el 2025, esa semilla germinó en algo más grande. Tiky es el resultado de esa historia, el hijo legítimo de la necesidad, la lucha y la innovación local. Tiky no es una app de transporte, es un ecosistema de comunicación, servicios y movilidad diseñado para empoderar tanto a usuarios como a conductores.
En Tiky no hay intermediarios abusivos, no hay comisiones asfixiantes. Aquí, el conductor tiene la oportunidad de ganar el 100% de sus viajes y recibir beneficios como el sistema de cashback, donde tanto usuario como conductor pueden ganar. Y lo mejor: todo bajo una lógica de legalidad, estructura y crecimiento organizado.
Tiky es la respuesta a esa promesa que alguna vez se intentó cumplir. No nació en Silicon Valley, nació en Cartago. Se construyó con manos costarricenses y se piensa con mente local. Hoy, su propuesta llega más allá del transporte: conecta personas, comercios, oportunidades y sueños.
Porque al final, no se trata solo de moverse, sino de avanzar juntos.
Tiky no es una copia. Es una evolución.